Blog: una autobiografía profesional

ESTRUCTURA Y VERDAD

09.06.2014

FS5

Siempre me molestaron los perfiles de acero estructural que Mies Van der Rohe aplicó sobre las verdaderas columnas estructurales, escondidas y cubiertas con aislamiento contra el fuego en sus torres de Chicago. Estos perfiles decorativos contradecían flagrantemente su pregonada creencia en la “verdad” de la estructura. El mejor argumento que pudo ofrecer para su uso fue este: “Miramos la maqueta sin los perfiles, y no lucía bien.”• Si cualquier cosa vale cuando algo no luce bien, porqué insistir en la superioridad ética y estética de la “verdad” estructural? Cuando diseñé la Casa de Bomberos Nº 5 en Columbus, Indiana, tuve la oportunidad de considerar el mismo problema, que me propuse resolver sin apelar a mentiras estéticas. La Casa de Bomberos es un edificio con estructura de acero cuyas fachadas están revestidas de ladrillos. Tiene un patio definido por paredes de paneles metálicos que recuerdan a los galpones de metal que habían sido las primeras casas de bomberos en Estados Unidos. La expresión de la estructura de acero en las fachadas de ladrillo fue fácil, porque las columnas de acero emergen de las paredes para soportar el techo sin la protección contra el fuego que manda el código. En el patio las galerías están en la planta baja, creando una cubierta desde el aparcamiento hasta las entradas del edificio. El problema era cómo mostrar que las columnas soportaban el techo, cuando debían desaparecer dentro de la pared de la primera planta. Se me sugirió que aplicara perfiles de acero a la fachada. Si Mies lo había hecho, ¿quién era yo para rechazar esta solución? Se me ocurrió que si las columnas fuesen externas a la pared, la protección contra el fuego sería innecesaria. Pero uno de los socios del estudio de ingenieros que colaboró conmigo en la implementación del proyecto pensaba que esta solución era excéntrica e impráctica.

Tuve la suerte de contar con la ayuda de Anna Zietsma, quien estaba a punto de jubilarse, y a quien ya no le importaba subvertir el intento de su jefe de sabotear mi idea. Anna también creía en la honestidad estructural y le daba a los detalles constructivos tanta importancia como yo. Además, tenía dos décadas de experiencia más que yo. Juntas diseñamos un detalle que afirmaba la belleza y poesía de la verdad estructural. Anna era la “mujer olvidada” por antonomasia, indispensable pero nunca reconocida ni premiada por la excelencia de su trabajo.

Descubrí recientemente que Anna Zietsma había fallecido en 1998, y que su hermana en Holanda solo entonces se enteró de la hija que Anna había dado en adopción cuando tenía 38 años, soltera y sola. Esta historia es también para esa hija.

* “Mies van der Rohe’s New Buildings”, Architectural Forum 97 (Noviembre 1952): p. 99

 

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